Lunes 24 de noviembre. Tres agentes fluviales de la Confederación Hidrógrafica del Guadalquivir se internan en un monte público propiedad del Ayuntamiento. Han acudido a inspeccionar la zona. Ante la existencia de pozos ilegales que esquilman en acuífero del que se nutre Doñana, y para tratar de impedir la labor pública de los agentes forestales, los ‘mafiosos del agua’ contactan entre si mediante wassapp. En cuestión de minutos se presentan 200agricultores y trabajadores que actúan como sicarios, amenazando y agrediendo a los tres agentes que fueron rodeados en una finca de cultivo de fresa de Lucena del Puerto (Huelva). Los agentes, al tratar de abandonar la finca en su vehículo oficial fueron obstaculizados.
Para WWF, que ha sido la organización que ha tenido constancia de los hechos, esta intolerable agresión se enmarca en una situación cada vez más alarmante en el entorno de Doñana, con el crecimiento imparable de la agricultura de regadío ilegal. «Con el ataque de ayer a unos agentes de la autoridad pública que estaban ejerciendo su trabajo, velando por los recursos naturales públicos de todos los ciudadanos, la situación ha tocado techo», dicen los ecologistas. En ese sentido, WWF pide que se investiguen los hechos, se identifique a los asistentes y se depuren responsabilidades, pues las infracciones cometidas podrían constituir delito al perpetrarse contra funcionarios en ejercicio de sus competencias.
“La guardería fluvial hace un trabajo fundamental velando por el agua, un bien público y un recurso natural vital para el mantenimiento de los ecosistemas, la población y la propia agricultura”, ha declarado el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo. “Desde WWF queremos trasmitir todo el apoyo y afecto a los guardas fluviales del entorno de Doñana en estos momentos difíciles”, ha concluido.
El conflicto del agua en Doñana continúa enquistado como uno de los problemas más graves para el futuro del humedal más emblemático de España, reconocido por diversas figuras de protección como Parque Nacional o Patrimonio de la Humanidad. Los organismos internacionales que vigilan la situación de Doñana, como la UNESCO, han mostrado en reiteradas ocasiones su preocupación por el uso ilegal de agua para la agricultura en el entorno del espacio protegido.
WWF apoya a todos los agricultores legales que, cumpliendo con la legislación ambiental, realizan su trabajo en la zona, pero alerta del crecimiento imparable de la agricultura de regadío sin derechos del uso del agua. En 2012, la organización público el informe “El robo del agua en Doñana”, en el que documentaba la existencia de más de 1.000 pozos ilegales en la zona. Pese a las denuncias realizadas, la situación no se ha resuelto. WWF pide contundencia y la aplicación de medidas urgentes de precintos cautelares de pozos a las fincas ilegales que siguen apareciendo en el entorno.